El acoso a la Iglesia en Estados Unidos: «signo de una sociedad enferma»

La marea crece, va tomando todas las aristas posibles. Y ahora llegó hasta una catedral caldea en el oeste de Estados Unidos. Se trata de la catedral de San Pedro, perteneciente a la diócesis caldea de San Diego (California).

El batiburrillo de grafitis y de consignas con que fue agredida la catedral da muestra de la confusión y la violencia de estos grupos que han tomado a la Iglesia católica como la enemiga a vencer (de cara a las próximas elecciones del 3 de noviembre en este país).

El sábado 26 de septiembre el templo de la eparquía caldea amaneció con pintadas que incluían una cruz invertida, esvásticas nazis y mensajes como “Joe Biden 2020” y “BLM”, en alusión al candidato demócrata a la presidencia y al grupo que lidera las protestas antirracistas, Black Lives Matter.

Deber de rezar por los perseguidos

La catedral católica caldea de San Pedro se encuentra situada en la comunidad de El Cajón. Sus autoridades lamentaron el mensaje en un mensaje emitido por redes sociales.

“Esta mañana nuestra amada catedral fue desfigurada con pentagramas, cruces invertidas, poder blanco, esvásticas, BLM…”. Este ataque les recordó el deber de rezar por sus hermanos en Irak que están enfrentando persecución.

“Recen por los criminales que hicieron esto”, pidieron a la comunidad caldea del sur de California. La diversidad (incluso la contradicción) de los símbolos pintarrajeados en la catedral de San Pedro, demuestran que los que hicieron esto no tenían mayor objetivo que el ataque al catolicismo y a las personas de medio oriente emigradas a Estados Unidos.

El pretexto es lo de menos

La catedral de San Pedro es la sede de la eparquía de San Pedro el Apóstol de San Diego, una diócesis de los católicos caldeos que atiende a alrededor de 70.000 fieles, la mayor parte de ellos llegados en las últimas décadas desde Medio Oriente.

Estos actos de vandalismo se están produciendo con una pasmosa celeridad y constancia de costa a costa en Estados Unidos. A inicios de la semana pasada un hombre quemó bancas de una iglesia en Florida, y otro dañó con un bate de béisbol una imagen de Cristo crucificado y varias puertas en un seminario en Texas, por mencionar sólo algunos de los ataques.

Para la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), independientemente de quienes cometan estos actos hayan –individuos con problemas que piden ayuda, o agentes de odio que buscaban intimidar a los católicos– “los ataques son signos de una sociedad que necesita curación”.

Compasión y comprensión

“En esos incidentes –señalaron en un comunicado en julio pasado– donde las acciones humanas son claras, los motivos aún no lo son. Mientras nos esforzamos por comprender la destrucción de estos símbolos sagrados del amor desinteresado y la devoción, oramos por cualquiera que los haya causado”.

Tras señalar que estarán atentos a este tipo de situaciones, los obispos apuntaron que Estados Unidos se encuentra en un momento extraordinario de conflicto cultural, en el que el camino a seguir debe ser “a través de la compasión y la comprensión”.

“Contemplemos, en lugar de destruir, imágenes de estos ejemplos del amor de Dios. Siguiendo el ejemplo de Nuestro Señor, respondemos a la confusión con comprensión y al odio con amor”, señalaron los obispos estadounidenses en su comunicado que, por desgracia, no pierde vigencia pues cada día se acumulan más ataques al catolicismo en un país que enfrenta un convulso proceso electoral lastrado por la pandemia, el racismo y los enfrentamientos en las calles.

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