La Virgen que te enseña a dar lo mejor de ti: rézale así
Esta imagen de madera fue iniciada por el escultor Flavio Pancheri, pero quedó olvidada en su taller por más de 25 años a medio terminar.
A la muerte del artista, su hijo Walter decidió terminarla para luego donarla a la Fundación en Verona Fevoss (Federación de servicios de voluntariado sociosanitario).
Esta fundación moviliza una gran cantidad de voluntarios encargados de asistir a personas con dificultad.
En el 2018, el papa Francisco bendijo la estatua y desde entonces la imagen visita lugares de oración, geriátricos, asilos y hospitales, para estar en contacto con las personas que sufren y tienen necesidad no solo material sino también de fe.
La imagen está dando esperanza más aun en este tiempo en que la pandemia de la COVID-19 está atacando sin tregua. Por eso pidamos a Nuestra Madre el don de la fe y la esperanza:
Santa María, Madre de Dios, consérvame un corazón de niño,
puro y cristalino como una fuente.
Dame un corazón sencillo que no saboree las tristezas;
un corazón grande para entregarse, tierno en la compasión;
un corazón fiel y generoso que no olvide ningún bien ni guarde rencor por ningún mal.
Fórmame un corazón manso y humilde, amante sin pedir retorno,
contento al desaparecer en otro corazón ante tu divino Hijo;
regálame un corazón grande e indomable que con ninguna ingratitud se cierre,
que con ninguna indiferencia se canse;
dame un corazón atormentado por la gloria de Jesucristo, herido por su amor
con una herida que sólo se cure en el cielo.
Amén.
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