El Papa aclara todas las dudas sobre su historia clínica
En una entrevista publicada por el diario La Nación y realizada por el periodista Nelson Castro, el Papa Francisco aclara en primera persona cuáles han sido sus grandes dolencias físicas, e incluso psicológicas, durante su vida
Se trata de un fragmento de una completa investigación que el destacado periodista, también médico, ha realizado sobre la salud de todos los Papas del Siglo XX y XXI.
En el fragmento compartido por el diario de la entrevista realizada por Castro el Papa aclara cómo fue la extirpación de un lóbulo del pulmón, circunstancia que tras su elección había despertado todo tipo de rumores y sospechas.
Francisco evoca que por entonces, en 1957, cursaba el segundo año del seminario, y padeció como varios de sus compañeros una fuerte gripe. “Mis otros compañeros se recuperaron en pocos días y sin ninguna secuela. En cambio yo seguí padeciendo un cuadro febril que no cedía”, recordó, y explicó que había un hermano –en ese momento los jesuitas tenían a su responsabilidad el seminario- que sin ser enfermero llevaba adelante las tareas de enfermería, y que no logró controlar su cuadro.
Con muchos detalles, en la entrevista completa que podrá leerse en el libro “La Salud de los Papas”, editado en la Argentina por Sudamericana, el Papa describe todo el proceso de diagnóstico, internación, y operación en el Hospital Sirio Libanés. “En aquella época no había tomografía computada ni resonancia nuclear magnética. Al ver las radiografías, el especialista encontró tres quistes en el lóbulo superior del pulmón derecho. Había también un derrame pleural bilateral que me producía dolor y dificultad respiratoria”, detalló.
El Papa tenía 21 años cuando le extirparon el lóbulo superior del pulmón derecho
Se sentía, como confiesa en la entrevista, “omnipotente”. “No es que no estuviese preocupado, pero siempre tuve la convicción de que me iba a curar”, dijo a Castro. La operación tuvo excelentes resultados.
“La recuperación fue completa y nunca sentí ninguna limitación en mis actividades. Como usted lo ha podido ver, por ejemplo, en los distintos viajes que he hecho y que usted ha cubierto, nunca debí restringir o cancelar algunas de las actividades programadas. Nunca experimenté fatiga o falta de aire [disnea]. Según me han explicado los médicos, el pulmón derecho se expandió y cubrió la totalidad del hemitórax homolateral. Y la expansión ha sido tan completa que, si no se le advierte del antecedente, solo un neumonólogo de primer nivel puede detectar la falta del lóbulo extirpado”, completa Francisco.
Todo sacerdote debe conocer la psicología humana
En la entrevista, el Papa también repasa como una psiquiatra la ayudó a sobrellevar los momentos de mayor tensión durante la última dictadura militar, durante el cual él ocultaba y, como recuerda, trasladaba personas escondidas en su coche incluso atravesando Campo de Mayo, una de las guarniciones militares más grandes de la Argentina en una localidad aledaña al Colegio Máximo, en San Miguel.
Francisco dice estar convencido de que “todo sacerdote debe conocer la psicología humana”, aunque no está convencido de que un sacerdote ejerza la psiquiatría porque “ahí se confunden los roles y entonces, el sacerdote deja de ser sacerdote para pasar a ser el terapeuta”.
Entre otros detalles y anécdotas, Francisco confiesa que escucha Bach para dominar sus ansiedades, y sugiere que a las neurosis “hay que cebarles mate” para tranquilizarlas. Y, que se imagina falleciendo en Roma, no en Buenos Aires, en ejercicio o emérito.
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