México: Los obispos españoles destacan «la belleza del mestizaje»

Responden a la polémica creada en España sobre la carta del Papa por el bicentenario de México: “Lean la carta”

El secretario general de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Luis Argüello, salió al paso de las críticas contra el Papa Francisco por parte de varios políticos españoles. Lo hizo durante la rueda de prensa sobre los trabajos de la Comisión Permanente reunida estos días en Madrid.

Ante repetidas preguntas de los periodistas, monseñor Luis Argüello respondió a las críticas que desde diversos ámbitos políticos y sociales se ha hecho a la carta que el Papa Francisco envió a los mexicanos con motivo de su independencia.

En su respuesta matizó el contexto en el que se envía la carta: “el bicentenario de la independencia”. También invitó a los que han criticado el texto a que “lean la carta”, puesto que mostró que han tenido “perplejidad por los titulares”.

En España, la carta ha creado polémica en diversos sectores políticos, como Vox y el Gobierno de la Comunidad de Madrid. Su presidenta, Isabel Díaz Ayuso afirmaba que se sentía sorprendida por que el Papa pidiera perdón por los pecados de la Iglesia y en medios de comunicación afines a la derecha y al catolicismo sociológico se ha tachado al Papa de “tonto” o “antiespañol”.

Perplejidad ante los titulares de los periódicos y las respuestas políticas y sociales

El secretario general de la Conferencia Episcopal Española no ha querido hacer “juicio de valor” de todas estas declaraciones, puesto que explicó, si pedimos a la gente que no se quede en los titulares de los medios de comunicación, sino que lean el texto completo, nosotros también debemos hacer lo mismo.

Decidieron repartir el documento entre los periodistas presentes en el acto con una situación de “perplejidad” y decidió hacer todo un análisis de las circunstancias en las que es enviado este texto, así como de su contenido.

“Pensamos honradamente que los comentarios se han hecho sin la lectura del documento”, afirmaba monseñor Luis Argüello, «fuera de su contexto (bicentenario de Independencia), no se entiende».

Las tres garantías de México: Independencia, comunión y religión

En su explicación aludió a las tres garantías de México: Independencia, comunión y religión. “Desde esas tres garantías el Papa de una manera muy suave, pero decidida en el segundo párrafo de la carta (…) quiere hacer caer al propio pueblo mexicano que en estos 200 años hubo una época en la que se persiguió formalmente a los católicos, en el que se elaboró una Constitución formalmente atea”.

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Es en este contexto en el que muestra monseñor Argüello, “el Papa para facilitar esa propuesta de revisión y purificación de las propias raíces dice: la Iglesia y cita a sus antecesores ha pedido repetidas veces perdón porque su actuar, no en América sino en cualquier lugar del mundo se pudieron hacer cosas mal”.

Este es el contenido del segundo párrafo al que alude Monseñor Luis Argüello y que ha creado tanta polémica:

Texto completo

“Para fortalecer las raíces es preciso hacer una relectura del pasado, teniendo en cuenta tanto las luces como las sombras que han forjado la historia del país. Esa mirada retrospectiva incluye necesariamente un proceso de purificación de la memoria, es decir, reconocer los errores cometidos en el pasado, que han sido muy dolorosos.

Por eso, en diversas ocasiones, tantos mis antecesores como yo mismo, hemos pedido perdón por los pecados personales y sociales, por todas las acciones u omisiones que no contribuyeron a la evangelización. En esa misma perspectiva, tampoco se pueden ignorar las acciones que, en tiempos más recientes, se cometieron contra el sentimiento religioso cristiano de gran parte del Pueblo mexicano, provocando con ello un profundo sufrimiento. Pero no evocamos los dolores del pasado para quedarnos ahí, sino para aprender de ellos y seguir dando pasos, vistas a sanar las heridas, a cultivar un diálogo abierto y respetuoso entre las diferencias, y a construir la tan anhelada fraternidad, priorizando el bien común por encima de los intereses particulares, las tensiones y los conflictos”.

Monseñor Luis Argüello quiso, en nombre de los obispos españoles, quedarse con el final de la carta: “Me quedo con la belleza del mestizaje, del encuentro de culturas, la belleza de haber ofrecido una lengua y una religión que subraya la radical dignidad de la condición humana”.

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