La biología molecular, la embriología médica y la genética han arrojado mucha luz para responder la antigua pregunta sobre el inicio de cada vida humana. La ciencia avala hoy que la vida empieza con la fusión del espermatozoide y el óvulo llamada fecundación (del latín, fecundare : fertilizar). El clásico manual de Langman sobre embriología, utilizado en las Facultades de Medicina para el aprendizaje del desarrollo humano inicial, explica de manera sencilla el proceso de la fecundación: “Una vez que el espermatozoide ingresa en el gameto femenino, los pronúcleos masculino y femenino entran en contacto estrecho y replican su DNA” (o ADN). Esa unión genera una nueva célula llamada cigoto. Esa nueva célula posee una identidad genética propia, diferente a la de los que le transmitieron la vida, y la capacidad de regular su propio desarrollo, el cual, si no se interrumpe, irá alcanzando cada uno de los estadios evolutivos del ser vivo hasta su muerte natural. Durante las horas que dura ...
Ponerse en “estado de misión” es un efecto del agradecimiento, salir a compartir tu propio tesoro es posible porque antes se nos regaló El «rasgo genético más íntimo de la misión de la Iglesia es «ser obra del Espíritu Santo y no una consecuencia de nuestras reflexiones e intenciones», nos recuerda el papa Francisco. Y es que la misión de la Iglesia y la salvación de las personas no es la consecuencia de nuestras iniciativas misioneras, ni de nuestros discursos. Sucede a través del encuentro con Él, que nos llama y nos invita a comunicar esta alegría a los demás; por lo tanto, es consecuencia de gozo y gratitud . Anuncia el Evangelio quien da testimonio de la obra de Otro en su vida. “La Iglesia crece en el mundo por atracción y no por proselitismo, y si se sigue a Jesús feliz de sentirse atraído por él, los otros lo notarán» Papa Francisco Ardor, humildad, proximidad: rasgos del misionero fot. archiwum prywatne El ardor misionero nunca se puede obtener como resultado d...
Para ayudar al niño a crecer en la fe, una de las responsabilidades del padrino y la madrina es apoyarlo en la oración. Aquí hay una hermosa oración para recitar por su ahijado El día del bautizo de su ahijado, el padrino y la madrina se comprometen a brindarle el apoyo necesario para ayudarlo a crecer en el amor de Dios. La Iglesia les da un lugar importante en la vida de los futuros bautizados. Les exhorta a tener «una verdadera responsabilidad humana y espiritual en la iniciación cristiana» de su ahijado. Si su papel «humano» consiste en tejer una especial relación de afecto y confianza entre el padrino, la madrina y su ahijado, su papel espiritual «consiste en ayudar a los padres para que el hijo llegue un día a profesar la fe y expresarla en su vida». Ser padrino, madrina, es convertirse para él en testigo de la fe, es intentar encarnar un modelo de vida cristiana, y así mostrar que el bautismo compromete para toda la vida. Y para ayudar al niño a crec...
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