El Papa: La migración es también una historia de sueños y de coraje

La misión de la Iglesia

Ante esta y muchas otras tragedias en las que los protagonistas son migrantes, el Papa ha reiterado que “la Iglesia católica y sus instituciones seguirán con su misión de acoger, proteger, promover e integrar a las personas que se desplazan”.

Lo afirmó el Papa en un video-mensaje enviado con motivo del 70º aniversario de la creación de la Organización Internacional para las Migraciones.

El Papa abogó por “una adecuada gestión global de los movimientos migratorios”, además de “una comprensión positiva de los mismos y un enfoque eficaz del desarrollo humano integral”. El mensaje del Papa fue leído esta tarde, 29 de noviembre, ante el pleno de la Organización,  por el Secretario de Estado, Pietro Parolin

La migración no es sólo una historia de migrantes sino de desigualdades, de desesperación, de degradación del medioambiente, de cambio climático, pero también de sueños, de coraje, de estudios en el extranjero, de reunificación familiar, de nuevas oportunidades, de seguridad y protección, y de trabajo duro pero decente.” 

El Papa aprovechó esta ocasión para hacer cuatro observaciones: 

  1. Hay una necesidad urgente de encontrar vías dignas para salir de las situaciones irregulares. La desesperación y la esperanza siempre prevalecen sobre las políticas restrictivas. Cuantas más vías legales existan, menos probable será que los migrantes se vean arrastrados por las redes criminales de los traficantes de personas o por la explotación y los abusos durante el contrabando. 
  2. Los migrantes hacen visible el vínculo que une a toda la familia humana, la riqueza de las culturas y el recurso para los intercambios de desarrollo y las redes comerciales que constituyen las comunidades de la diáspora. En este sentido, el tema de la integración es fundamental. 
  3. La familia migrante es un componente crucial de las comunidades de nuestro mundo globalizado, pero en demasiados países se niega a los trabajadores migrantes los beneficios y la estabilidad de la vida familiar debido a impedimentos legales […]
  4. La comunidad internacional debe abordar con urgencia las condiciones que dan lugar a la migración irregular, haciendo así de la migración una elección bien informada y no una necesidad desesperada [..]. 
La Iglesia, en primera línea por los migrantes

La Santa Sede es Estado miembro de la Organización Internacional para las Migraciones desde hace diez años por voluntad del Papa Benedicto XVI. 

En este sentido, el Papa sostuvo que las motivaciones subyacentes que impulsaron tal decisión siguen siendo hoy “más válidas y urgentes”: 

   1.   Afirmar la dimensión ética de los desplazamientos de población. 

  1. Ofrecer la colaboración de la Iglesia católica a los servicios internacionales dedicados a las personas desarraigadas. 
  2. Prestar una asistencia integral en función de las necesidades, sin distinción, basada en la dignidad inherente de todos los miembros de la misma familia humana.

Por último, el Papa ha dado las gracias de corazón e invocó sobre los miembros y las naciones que representan y “sobre los migrantes y sus familias la bendición del Señor”. 

Dolor por las muertes de migrantes

El papa Francisco apenas ayer había manifestado su dolor por la situación de los migrantes que murieron en el canal de la Mancha. 

Un total de 17 hombres, seis mujeres -una de las cuales estaba embarazada- y tres niños, fallecieron después de que su bote se hundiera en el mar frente a la costa norte de Francia, informó la BBC.

En el Ángelus del domingo, el Papa alertó sobre los peligros que enfrentan también los migrantes en la frontera de Bielorrusia, “muchos de los cuales son niños”, y lamentó la suerte que corrieron los que se han ahogado en el Mediterráneo.

Contó de los migrantes que la semana pasada, han intentado cruzar el Mediterráneo buscando “una tierra de bienestar y encontraron allí, en cambio, una tumba; y de tantos otros”.

El Pontífice ha querido sensibilizar a los fieles respecto a la situación de los migrantes que son repatriados al norte de África, pues ellos son “capturados por los traficantes, que los convierten en esclavos: venden a las mujeres, torturan a los hombres…”. 

En un encuentro reciente, el jueves pasado, con jóvenes de la Fundación Pontificia Scholas, el Papa dijo que los supuestos “campos de refugiados” en Libia, son en realidad “campos de concentración”. 

El domingo, a mediodía, en la Plaza de San Pedro, hubo silencio y oración por los migrantes, víctimas de torturas y traficantes. Asimismo el Papa solicitó a los fieles congregados un minuto para recordarlos. 

Chipre y Grecia

Cabe recordar que el Papa regresará el próximo domingo a Lesbos, durante su viaje a Chipre y Grecia (2-6 de diciembre) y cinco años después de su visita al campo de refugiados en la que trajo en su avión a 12 ciudadanos sirios que inauguraron el programa “corredores humanitarios” y que hoy tienen una nueva vida en Italia.  

El 16 de abril de 2016, el Papa realizó un viaje de un día a la isla griega. Ahora el número de refugiados que viven en ese campo es mucho menor. Sin embargo, el Papa desde allí espera lanzar de nuevo su mensaje de solidaridad a favor de los migrantes forzados. 

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