El Vaticano sostiene la educación sexual en las escuelas católicas, pero…
Publicado documento de instrucción sobre la Identidad católica para instituciones educativas en línea con “una cultura del diálogo”.
El Vaticano ha publicado hoy un documento que instruye a las escuelas católicas para que inicien a sus alumnos a una “prudente educación sexual”.
“Las escuelas católicas no pueden ignorar que los alumnos deben también ser iniciados “conforme avanza su edad, en una positiva y prudente educación sexual”.
La Congregación para la Educación Católica ha publicado este martes 29 de marzo una instrucción sobre la Identidad católica para instituciones educativas en línea con “una cultura del diálogo”.
El documento se propone difundir la declaración conciliar Gravissimum educationis sobre «la educación cristiana, máxime en las escuelas”.
La Instrucción se ocupa también de la responsabilidad del testimonio de los profesores y directivos laicos y consagrados; “el enfoque dialógico de un mundo multicultural y multirreligioso”.
Asimismo, se plantea que la escuela católica “vive en el curso de la historia humana”. Por ello, está continuamente llamada a seguir su flujo para ofrecer un servicio educativo adecuado a su presente.
Las instituciones educativas católicas “testimonian” la diversidad de “situaciones socioculturales” y la “asunción de nuevos métodos de enseñanza, permaneciendo fieles a su propia identidad”.
Asimismo, la escuela católica – indica el documento – debe “contrarrestar una emergencia educativa generalizada cuyo origen reside en la ruptura del “pacto educativo” entre instituciones, familias y personas”.
Entretanto, el texto insiste que “las escuelas católicas deben tener “un código de conducta” que tengan “un claro valor jurídico por parte de los sujetos involucrados”.
Los profesores de religión
El documento dedica un apartado a la labor vigilante del obispo que “tiene el derecho a nombrar o, al menos, aprobar a los profesores de religión, así como remover o exigir que sean removidos cuando así lo requiera una razón de religión o moral”.
El Vaticano instruye para que la visión cristiana de educación no caiga en una “visión reductora” que excluya “explícitamente o de facto principios, dimensiones y exigencias esenciales de la fe católica”.
Además, la catolicidad no puede atribuirse sólo a “los momentos litúrgicos, espirituales o sociales, o a la función del capellán, de los profesores de religión o del director de la escuela”.
El documento señala que esto contradiría “la responsabilidad de la comunidad escolar”.
Por otra parte, la afirmación de esta responsabilidad no pretende introducir una “sociedad perfectamente igualitaria”, ni ningún perfeccionismo moral o disciplinario difícil de evaluar.
Las partes del documento
La Instrucción está estructurada en tres capítulos.
En el primero se enmarca la presencia de la Iglesia en el mundo escolar en el contexto general de su misión evangelizadora: “a Iglesia como madre y maestra en su desarrollo histórico con los diferentes énfasis que han enriquecido su labor en el tiempo y el espacio hasta nuestros días.”.
El segundo capítulo trata de los diversos sujetos que operan en el mundo escolar con diferentes roles asignados y organizados, según las normas canónicas en una Iglesia con sus múltiples carismas donados por el Espíritu Santo, pero también de acuerdo con su naturaleza jerárquica”.
Además, el último capítulo está dedicado a algunos puntos críticos que pueden surgir en la integración de todos los diferentes aspectos de la educación escolar en la vida concreta de la Iglesia, tal como resulta de la experiencia de esta Congregación al tratar los problemas que le llegan de las Iglesias particulares.
Educar sin fatalismos
De hecho, como observó el papa Francisco al relanzar el evento de un Pacto educativo global, “educar es apostar y dar al presente la esperanza que rompe los determinismos y fatalismos con los que el egoísmo de los fuertes, el conformismo de los débiles y la ideología de los utópicos quieren imponerse tantas veces como el único camino posible”.
Leer el documento completo firmado por el prefecto de la Congregación, el cardenal Giuseppe Versaldi y el secretario, Angelo Vincenzo Zani.
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