¿Por qué este humilde campesino tiene su estatua de bronce en Venezuela?
Domingo Peña y una bonita historia de tesón y pasión en los páramos andinos (Sierra Nevada de Mérida)
La hazaña cumple 87 años. Ocurrió un 12 de marzo de 1935 cuando un guía montañero, experto en las nevadas cumbres andinas, logró hacer cumbre sobre el pico más alto de la cordillera merideña. Es la máxima elevación del territorio venezolano, la mayor cumbre del macizo, entonces conocido como La Columna, más tarde bautizado como Pico Bolívar.
No era ningún jovencito. En ese entonces Domingo Peña tenía 62 años y había ascendido al pico 170 veces llevando a todas clase de visitantes, turistas y aficionados al alpinismo. Un trecho que infundía respeto pero Domingo, un hombre lleno de fe y de amor por su país, era un veterano de la Sierra Nevada.
Montañez como pocos, era arriesgado pero prudente. Comenzaba su ascenso y dicen que a veces se quitaba las alpargatas –o cotizas- en la escarpada ruta y, aún sobre el hielo, pues confiaba más en sus pies desnudos para escalar de manera más segura.
El primer pie sobre la cumbre
Fue el primero en poner un pie en el pico Bolívar junto a los señores Enrique Burgoin y H. Márquez Molina, ambos merideños también. Habían salido en enero y llegaron arriba en marzo. Tres meses ascendiendo, montando y desmontando campamentos, documentando, y disfrutando del frío y saludable aire de montaña. No era fácil acceder allí, pero lo hicieron a través de una pronunciada garganta entre el abanico y la cima del extinto glaciar de Timoncito. Desde entonces la ruta se conoce con el nombre de Bourgoin, en homenaje al expedicionario y farmaceuta merideño Enrique Bourgoin.
Domingo había nacido el 4 de agosto de 1891, viviendo gran parte de su vida en Los Nevados, una paraje del estado Mérida que hacía honor a su nombre. Está situada a 2.710 metros de altura. Siendo un humilde campesino, dedicó toda su vida, desde muy pequeño, a recorrer y conocer como la palma de su mano los empinados y ásperos senderos merideños.
En ese empeño, se hizo un experto, tanto que fue famoso abriendo rutas hacia los picos Humboldt, La Concha y El Toro y más de una vez guio allá a los académicos e investigadores de la época.
El primer intento de ascenso al pico Bolívar del que se tiene conocimiento data de 1897, cuando José Trinidad Nieto, Víctor Moreno, Pedro Moreno, J. Eladio Altuve y Medardo Nieto acompañados de otras personas, intentan fallidamente escalar el pico.
Después, en 1922 hubo otro intento de escalar el Pico Bolívar sin éxito, pero su protagonista, el geólogo suizo Moritz Blumenthal fue el primero en pisar el glaciar de Timoncitos que está ubicado al sur del Pico Bolívar.
Primer homenaje
Un buen día, decidió que su tesón sería el aliado para hacer un personal y hermoso homenaje al Libertador de Venezuela. Su lealtad y admiración al padre de la patria lo inspiraba.
Un buen día, tomó un busto de bronce de Simón Bolívar y, junto a la bandera venezolana, se los echó al lomo para subir hasta la cumbre con esos símbolos patrios. Llegó y los instaló allá arriba. Era un 19 de abril de 1951, fecha patria muy señalada en Venezuela por haberse registrado un suceso político que involucró a las bases populares y que se conoce como el primer paso hacia la independencia de Venezuela de la corona de España.
Fue una de las acciones más icónicas de su vida y un logro muy ansiado que lo hizo sentir muy satisfecho y merecedor de los más sentidos elogios de sus compatriotas, especialmente en el terruño andino.
Segundo homenaje
Pero todo no quedó allí. Domingo también recibió un homenaje. Su figura en bronce se encuentra entre los pioneros en el llamado Monumento a los Conquistadores ubicado en plena Sierra Nevada, la misma que tantas veces vio a Domingo pasar con su morral en camino hacia la cumbre.
Son cinco esculturas que representan al guía Domingo Peña, al farmaceuta Enrique Bourgoin, a un nevadero que tira de las riendas de una mula y el célebre perro «Copito» que los acompañaba siempre.
Lo emocionante es que fue homenajeado en vida. El propio Domingo Peña develó, el 24 de febrero de 1973, la obra artística que lo representaba durante la inauguración del parque donde se ubicó y que fue bautizado con su nombre, según publicación del diario regional El Vigilante, en su edición del 27 de ese mes y año. Su figura puede verse en la estación principal del Trolcable.
Y lo merecía. Fue el baqueano más ilustre, el auténtico conquistador de las alturas nevadas, un veterano guía por páramos, valles y sierras.
Un señor muy importante
Cuentan las crónicas que su casa en La Aguada, ubicada a 3.350 metros de altura, cerca de la tercera estación del teleférico, donde vivió varios años, era punto de referencia para los excursionistas pues la zona fue punto de partida y llegada de expediciones por la Sierra Nevada durante mucho tiempo. Antes, el gobernador del estado le había otorgado la preciada Condecoración de las Cinco Águilas.
Hasta su muerte, a los 86 años, Domingo Peña estuvo activo en los ascensos a los picos. Fueron 18 años de aventuras y emociones, de un largo y hermoso romance con las montañas andinas. Falleció en 1977.
El Centro de Ciencia de la Unidad Educativa “Antonio Nicolás Rangel» lleva su nombre. Actualmente una parroquia se llama como él y un Grupo de Rescate igualmente. Ambos se crearon en homenaje a su memoria. El Grupo de Rescate funciona desde 1944. Se llama “Grupo de Rescate Domingo Peña”, del cual fue Presidente Honorario por muchos años.
Como dicen los lugareños y también los registros históricos, Domingo Peña fue «un señor muy importante para el pico Bolívar». Una gran historia y un gran señor, digno de la “Tierra de los Caballeros”, como la tradición ha llamado al estado Mérida.
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