Mijaíl Gorbachov, el hombre que puso fin a la Guerra Fría y liberó a la URSS
Con él la Historia comenzó a hablar de "Glasnost" y de "Perestroika". Su papel político en tiempos del papa Juan Pablo II ofreció grandes pasos hacia el fin de la URSS
Mijaíl Gorbachov falleció ayer en el Hospital Clínico Central de Moscú, tras una larga enfermedad, a los 91 años. Ha muerto un hombre que cambió la historia de Europa, que terminó con la Guerra Fría, que creía en la democracia, en la libertad de los ciudadanos y de los pueblos. En los últimos años fue muy crítico con la política belicosa y carente de libertad de Vladimir Putin.
Es difícil de entender cómo un hombre con sus ideas pudiera liderar el Comité Central de la URSS (Unión de Repúblicas socialistas Soviéticas) y apadrinado por Yuri Andropov, su antecesor, y el ideólogo de las esencias del comunismo soviético, Mijail Súslov.
Andropov, sucesor de Leónidas Brezhnev, duró solo dos años como secretario general del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética (el hombre con más poder dentro de la URSS), adonde llegó tras la dirección de los servicios de inteligencia, KGB. A Andropov le sustituyó, por solo 13 meses, Konstantin Chernenko. A la muerte de este, Gorbachov fue elegido su sucesor al día siguiente.
Gorbachov estuvo acompañado siempre muy estrechamente por su esposa Raisa, que lo acompañaba siempre. Tras su fallecimiento, Gorbachov realmente vivió con mucha añoranza de Raisa el resto de su vida.
Glasnost y Perestroika
En nuevo hombre fuerte del Kremlin empezó a aplicar sus dos ejes de la política soviética: la glasnost (la transparencia) y la perestroika (reestructuración política y económica). La URSS estaba dividida internamente, especialmente entre los países europeos, cansados de su obediencia ciega a Moscú. No tenían política exterior ni interior, pues debían antes pasar por la aprobación de Moscú, dado que el PCUS (Partido Comunista de la Unión Soviética) era el intérprete único y genuino de la aplicación del comunismo: era el llamado comunismo real.
Mijaíl Gorbachov decidió el pacto y el entendimiento frente a la imposición y a las armas. Estados Unidos, en la época de Ronald Reagan, había comenzado a construir el «Star Wars», o la Guerra de las Galaxias, que hizo al país impenetrable frente al armamento convencional y nuclear de Moscú.
Reagan, Thatcher y Kohl
De ahí vino el entendimiento tanto con Ronald Reagan y con la premier británica Margaret Thatcher, así como con el canciller de la llamada República Federal de Alemania, Helmut Khol. Todos querían la reunificación de Alemania y el fin de la Guerra Fría. La división de Alemania era un sinsentido histórico. Gorbachov facilitó la caída del Muro de Berlín. Los alemanes del Este (comunista) pasaban al Oeste masivamente, por cualquier frontera.
Gorbachov negoció también el desarme nuclear con Estados Unidos, paso a paso, que alivió a toda Europa, aunque otros países, como Francia, China, Gran Bretaña, Israel y la India, tenían armamento nuclear. Casi todos los tratados desarme que firmó Gorbachov, hoy ya no existen.
La URSS invadió Afganistán, pero no pudo con los talibanes, y en 1989 retiró sus tropas, a modo de derrota, como 32 años después lo harían los Estrados Unidos y las potencias occidentales.
A Bush: «Vas a salir mal parado en Afganistán»
A este respecto, recuerdo a Mijaíl Gorbachov en un almuerzo con los directores de los medios de comunicación de Barcelona (entonces quien suscribe era director de Europa Press de Catalunya) cuando le pregunté por la guerra de Afganistán. Fue un error, dijo. “Yo le he dicho al presidente Bush (hijo): George vas a salir mal parado en Afganistán” y le aconsejaba que dejara este país.
Gorbachov, sufrió un golpe de estado de las vieja guardia militar y comunista, mientras estaba de vacaciones en Crimea. Era el domingo 18 de agosto de 1991. Gorbachov se salió con la suya. Fue un golpe de Estado chapucero, y aquello precipitó las reformas de Gorbachov.
Premio Nobel
Por su política de la Perestroika, del desarme, de cambiar la confrontación por el diálogo y el entendimiento, Gorbachov recibió el Premio Nobel de la Paz en 1989.
Fue, bajo el liderazgo de Mijaíl Gorbachov cuando se puso fin a la Guerra Fría: no más enfrentamientos y amenazas de una parte y de otra, sino vayamos al entendimiento, al diálogo, reduciendo el armamento, sobre todo el nuclear, y no nos miremos más como enemigos.
Murió en la soledad política
El presidente Vladimir Putin calificó el colapso de la Unión Soviética como “la mayor catástrofe geopolítica del siglo”. Para Putin, y sus compañeros veteranos de la KGB que ahora forman el círculo íntimo del poder en Rusia, el fin de la URSS fue un momento de vergüenza y derrota que la invasión de Ucrania este año pretendía ayudar a deshacer.
Cronología del fin de la URSS en 1991
El 8 de diciembre de 1991, Boris Yeltsin y los presidentes de Bielorrusia y Ucrania se reúnen en Minsk (Capital de Bielorrusia). Al final de sus intercambios de opiniones, concluyen con la disolución de la URSS.
El 21 de diciembre de 1991, 11 países de la Unión Soviética decidieron acabar con el estado federal en Alma-Ata (capital, entonces, del Kazajstán).
Y el 26 de diciembre de 1991, tras la dimisión de Mijaíl Gorbachov, se hizo efectiva la caída de la URSS. Los 15 estados se independizan.
Juan Pablo II
Muchos de los comentaristas de hoy se han olvidado del papel que tuvo el papa Juan Pablo II en la caída del imperio soviético. También se olvidan del papel que tuvo Polonia y la lucha del sindicato Solidarnosc, dirigido por Lech Walesa.
©DERRICK CEYRAC / AFP
Sobre la importancia de Juan Pablo II en la caída de la URSS, baste recordar las mismas palabras de Mijail Gorbachov:
“Hoy podemos decir que todo lo que ha ocurrido en la Europa Oriental, no habría sucedido sin la presencia de este papa (Juan Pablo II), sin el papel –también político—que ha sabido jugar en la escena mundial”.
Gorbachov -cristiano ortodoxo porque su madre lo bautizó a escondidas del régimen soviético aunque se manifestaba ateo- asegura que desde su entrevista con el papa Wojtyla, en diciembre de 1989, hubo una gran sintonía, no solo porque era eslavo, sino porque tras su conversación se dio cuenta, el líder soviético, que el hombre no podía vivir sin libertad de conciencia, ni sin libertad religiosa, leyes que en Rusia se aprobaron en 1992.
Las citas son abundantes, empezando por las Memorias der Gorbachov (¡985-1982), el libro de Joaquín Navarro-Valls, A passo d’’uomo, Gorbachov, Mijail, “Del temor a la esperanza”, Tomo II, Madrid 1993, pág. 8. Hay mucha bibliografía al respecto.
Antes de que Gorbachov llegara al poder, en Polonia, la lucha entre la Iglesia y el Estado comunista cristalizó de manera particular en la lucha del sindicato clandestino Solidarnosc. En una entrevista entre el papa Wojtyla y una delegación polaca con Lech Walesa, en Roma en 1981, y a la que asistí, el líder sindical polaco, que llevaba en la solapa la imagen de la Virgen de Częstochowa, del santuario de Jasna Gora, dijo que sin la doctrina de la iglesia, sin el aliento de la Iglesia, él no había podido llevar a cabo la lucha sindical en los astilleros de Gdansk y luego en Polonia.
El papa Wojtyla conocía el comunismo desde dentro, y dijo que la “Iglesia del silencio”, como se decía entonces, “ya no existe, porque habla con mi voz”. (citado por el biógrafo del papa, George Weigel).
Muchos atribuyen –o atribuían– una alianza entre Ronald Reagan, Margaret Thatcher y el papa polaco Wojtyla, la caída del imperio soviético. Esto no es exacto. Según Navarro-Valls (A passo d’uomo, Mondadori, 2009), “a Reagan le movía un anticomunismo visceral. Que representaba el “imperio del mal” y los valores contrarios a los que representaba América”. Y añade “la visión de Juan Pablo II era muy distintas de la de Reagan, pues no le movía el americanismo, ni el anticomunismo de Reagan, ni siquiera la sociedad neocapitalista y liberal idealizada, sino “la dignidad absoluta y trascendente de la persona humana”. La libertad, para el Papa no es una categoría política, ni tampoco las estructuras jurídico-políticas dan la libertad y felicidad del hombre, como recordaría después Benedicto XVUI (cfr. Encíclica Spe Salvi), pues la libertad nace del mismo ser del hombre por voluntad de su Creador.
No podemos terminar este artículo si recordar un punto negro del mandato de Gorbachov: el desastre de la central de Chernóbil, en Ucrania.
Gorbachov fue siempre un hombre optimista, cercano a pesar del poder que ostentaba, y ha sabido vivir y morir (tras una larga enfermedad) con su personalidad y… con su sello imborrable e identificado en su cabeza.
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