La palabra que Juan Pablo II no entendía en Venezuela
Uno de los días en que se cumplía su primera visita a Venezuela, el Papa Juan Pablo II recibió en la nunciatura apostólica de Caracas varias visitas. Entre ellas, la familia del cardenal Rosalio Castillo Lara, por estos días muy recordado en Venezuela pues el 4 de septiembre pasado se cumplió aniversario de su cumpleaños, santo y ordenación sacerdotal. Murió hace ahora 13 años pero sirvió en Roma, casi por 40, a tres papas y desde allá vino a su tierra, Venezuela, en la comitiva papal, acompañando al Santo Padre en 1985. La familia del cardenal Castillo es numerosa y alegre. Llegaron muy entusiasmados a saludar al pontífice. Iban sobrinos, varios de ellos casi niños aún, adolescentes algunos. Al llegar, primero saludaban al tío-cardenal, como corresponde en Venezuela, pidiendo la bendición. Es un acto reflejo en cada familia. Se pide la bendición, no sólo a los sacerdotes u obispos que encontramos en el camino. La bonita costumbre extiende esa solicitud a padres, abuelos, tíos, pad
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