Himnos al Pan Angelical
Compartimos diversas versiones del Panis Angelicus en el día de Santo Tomás de Aquino
Santo Tomás de Aquino es universalmente conocido -con justa razón- como uno de los pensadores, teólogos y filósofos más importantes del cristianismo. Sus admiradores subrayan su marcado realismo, su ingente capacidad intelectual, su rigor en los razonamientos, su colosal obra, entre otras virtudes.
Sus detractores -que también los hay (incluso en filas cristianas)- suelen criticarle su carácter «sistemático», su afán por comprender al máximo detalle posible incluso temas que, por su naturaleza, exceden a la razón, y una cierta «frialdad racional» a la hora de filosofar y especialmente a la hora de hacer teología.
No vamos a entrar en dicho debate. Es verdad que, por razones en parte epocales (siglo XIII), los textos del Aquinate suelen ser parcos en cuanto a lo emotivo y hasta las metáforas son utilizadas sin mayor afán poético. Sin embargo, nos atrevemos a hacernos eco de las palabras de un tomista que en una reciente ponencia decía: Santo Tomás se emociona cuando habla de Jesucristo.
Muestra de ello son sus himnos litúrgicos entre los cuales hay cinco especialmente conocidos. Se trata de los que Santo Tomás escribió en honor a Jesús en el Santísimo Sacramento cuando el Papa Urbano IV estableció la Fiesta del Corpus Christi en 1264: «Laura Sion Salvatorem», «Pange Lingua» (más conocida es su parte final, «Tantum Ergo»), «Verbum Supernum Prodiens», «Adoro Te Devote» y «Sacris solemniis» (más conocido por su última parte, «Panis Angelicus»).
En ocasión de su día, dado que la Iglesia recuerda a Santo Tomás cada 28 de enero, nos detendremos en diferentes versiones del «Panis Angelicus», texto al que varios compositores decidieron poner música a lo largo de los años.
El texto
«Panis Angelicus» (Pan Angelical) es, como se ha dicho, un fragmento del «Sacris solemniis». Corresponde a las dos últimas estrofas de las siete que componen el himno. Su letra en latín reza:
Panis angelicus fit panis hominum. Dat panis coelicus figuris terminum. O res mirabilis! Manducat Dominum pauper, servus, et humilis.
Te trina Deitas unaque poscimus: sic nos tu visita, sicut te colimus. Per tuas semitas duc nos quo tendimus, ad lucem quam inhabitas.
Amen.
Podría traducirse al castellano de la siguiente manera:
El pan angelical se hace pan de los hombres. El pan celestial pone fin a las antiguas figuras. ¡Oh, cosa admirable! Los pobres, los siervos y los humildes comen al Señor.
A ti, Divinidad trina y una, rogamos: ven tú a nosotros tal como nosotros te adoramos. Guíanos por tus caminos hacia donde tendemos, hacia la luz en la cual habitas. Amén.
Versiones
Compartimos primeramente la versión de Joan Pau Pujol, compositor y organista oriundo de Barcelona, de fines del Renacimiento. Se trata de una obra que musicaliza el texto completo del “Sacris solemniis”. Interpreta La Grande Chapelle & Schola Antiqua (Ángel Recasens):
Continuamos con la versión de João Lourenço Rebelo, compositor portugués del siglo XVII, el único de su país que adoptó el estilo policoral veneciano. La obra musicaliza sólo la primera de las estrofas arriba traducidas. Interpretación de Capella Duriensis:
Versión para coro SATB del compositor italiano Claudio Casciolini (1697-1760). Si bien es un compositor perteneciente al barroco, su obra (exclusivamente dedicada a la música religiosa) está compuesta en “stile antico” (también llamado “prima pratica”), es decir, imitando el modo de componer más propio del Renacimiento. Interpretación de Coro de la Fraternità Sacerdotale San Pio X.
También el compositor francés Marc-Antoine Charpentier (1643-1704), en su estilo barroco, puso música al texto del Doctor Angélico. Versión de The Palestrina Choir of St. Mary´s Pro-Cathedral, Dublin.
A continuación, la versión del himno en composición del sacerdote, musicólogo y compositor español Miguel Hilarión Eslava Elizondo (1807-1878) en interpretación de The Winthrop Singers.
Camille Saint-Saëns, célebre compositor francés (1835-1921) también musicalizó el himno. Compartimos la versión para solista con la interpretación de la contralto Lina Mkrtchyan y una versión para coro a cargo del St. Andrew´s Choir.
La versión indudablemente más famosa es la del compositor y organista belga César Franck (1822-1890). Fue en 1872 cuando Franck escribió una peculiar Misa a tres voces para soprano, tenor, bajo, violonchelo, contrabajo, arpa y órgano. La misa completa raramente es interpretada, pero el quinto número de la misma, el famoso Panis Angelicus, alcanzó gran popularidad y se ha convertido en una de las obras de música sacra más interpretadas. Numerosos artistas tienen su versión. En esta oportunidad hemos elegido tres: la de Lucciano Pavarotti (en un registro en vivo de 1978), la de Andrea Bocelli (en su recordada presentación en la Catedral de Milán en 2020) y la de Cecilia Bartoli (respetando la orquestación original).
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