Aprende a rezar la oración del «Credo» en latín

Entre todos los símbolos de la fe, dos ocupan un lugar muy especial en la vida de la Iglesia: el Credo de los Apóstoles y el Credo de Nicea-Constantinopla

Desde muy pronto, la Iglesia trató de reunir lo esencial de su fe en una oración sintética. «Esta síntesis de la fe no se hizo según opiniones humanas, sino que, de toda la Escritura, se recogió lo más importante, para dar el conjunto de la única enseñanza de la fe», explica san Cirilo de Jerusalén, citado en el Catecismo de la Iglesia Católica(186).

«La comunión en la fe necesita un lenguaje común, normativo para todos y que los una en una misma confesión», afirma el Catecismo. Estos resúmenes se llaman «profesiones de fe», porque sintetizan la fe profesada por los cristianos. La palabra «creo», credo en latín, ha dado nombre a estas oraciones, que también se denominan «Símbolos de la fe».

Entre todos los símbolos de la fe, dos ocupan un lugar especial en la vida de la Iglesia: el Credo de los Apóstoles, llamado así porque se considera el resumen fiel de la fe de los Apóstoles, y el Credo Niceno-Constantinopolitano, que deriva su gran autoridad del hecho de ser el producto de los dos primeros Concilios Ecuménicos (325 y 381).

Credo de los Apóstoles en latín:

Credo in Deum, Patrem omnipotentem, Creatorem caeli et terrae.
Et in Iesum Christum, Filium eius unicum, Dominum nostrum:
qui conceptus est de Spiritu Sancto, natus ex Maria Virgine,
passus sub Pontio Pilato, crucifixus, mortuus, et sepultus,
descendit ad inferos,
tertia die resurrexit a mortuis,
ascendit ad caelos, sedet ad dexteram Dei Patris omnipotentis,
inde venturus est iudicare vivos et mortuos.
Credo in Spiritum Sanctum,
sanctam Ecclesiam catholicam,
sanctorum communionem, remissionem peccatorum,
carnis resurrectionem,
vitam aeternam.
Amén.

Credo de los apóstoles en español

Creo en Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo , su único Hijo, nuestro Señor;
que fue concebido por obra del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado,
muerto y sepultado, descendió a los infiernos;
al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre Todopoderoso,
desde ahí ha venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo, en la santa Iglesia católica, en la comunión de los santos,
en el perdón de los pecados, en la resurrección de la carne, y en la vida eterna.
Amén

Fernando-de-Gorocica-CC-BY-SA-4.0-httpscreativecommons.orglicensesby-sa4.0-via-Wikimedia-CommonsEspiritu_Santo.

Fernando-de-Gorocica

Símbolo de Nicea-Constantinopla en latín:

Credo in unum Deum, Patrem omnipotentem, factorem caeli et terrae, visibilium omnium et invisibilium.
Et in unum Dominum Jesum Christum Filium Dei unigenitum.
Et ex Patre natum ante omnia saecula.
Deum de Deo, lumen de lumine, Deum verum de Deo vero.
Genitum, non factum, consubstantialem Patri: per quem omnia facta sunt.
Quienes propter nuestros homines, y propter nostram salutem descendieron de caelis.
Et incarnatus est de Spiritu sancto ex Maria Virgine: Et homo factus est.
Crucifixus etiam pro nobis: sub Pontio Pilato passus, et sepultus est.
Y resurrexit tertia die, secundum Scripturas.
Et ascendit in caelum: sedet ad dexteram Patris.
Et iterum venturus est cum gloria, judicare vivos et mortuos: cujus regni non erit finites.
Et in Spiritum sanctum, Dominum, et vivificantem: qui ex Patre Filioque procedit.
Qui cum Patre et Filio simul adoratur, et conglorificatur: qui locutus est per Prophetas.
Et unam, sanctam, catholicam, et apostolicam Ecclesiam.
Confiteor unum baptisma in remissionem peccatorum.
Y expecto resurrectionem mortuorum. Y vitam venturi saeculi.

Amén.

Símbolo de Nicea-Constantinopla en español:

Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.

Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros, los hombres,
y por nuestra salvación bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria
para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.

Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo, con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.

Creo en la Iglesia,
que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.

Amén.

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